martes, 20 de enero de 2015

A LAS CINCO DE LA TARDE

Retomando la sesión anterior donde tratamos de delimitar los conceptos de socialización, instrucción y educación, la clase de hoy comenzó con la película "A las cinco de la tarde" (Panj E Asr en persa, At Five in the Afternoon en inglés). El poema de Lorca da título a esta película de la iraní Samira Makhmalbaf coproducida por Irán y Francia, y que recibió el Premio del Jurado Ecuménico en el Festival de Cannes de 2003.
Tiene lugar en la caída del régimen Talibán en Afganistán, cuando se reabrieron las escuelas para mujeres. Esta película explora las dicotomías que se producen en el corazón de Afganistán, el contraste entre las intenciones y las oportunidades educativas que tienen las mujeres afganas.
Al llegar a casa, con flagrante premura he buscado la película para verla, y sin la menor duda, me ha encantado, es poesía pura cargada de significado, si bien debo reconocer que alguna parte resulta un tanto lenta.
Vemos una sociedad en la que las mujeres no tienen libertad, donde la educación tradicional representada por la escuela coránica se impone a las precarias escuelas recién abiertas. El progresismo aparece simbolizado en unos zapatos de tacón blancos, como el medio que de forma clandestina la lleva hacia sus sueños.

En el debate que hemos abierto tras la película Ángel nos ha hablado de la escuela a la que fue en su niñez, una escuela donde el alumnado permanecía todo el día de 8 a 20 realizando actividades muy diversas, con cierta convicción defendía la eficacia de este modelo. Discrepo en que esto pueda ser lo ideal dado que interrumpe el aprendizaje que ha de darse en los contextos más próximos a la vida del alumnado, en la interacción y convivencia en sociedad.
Esto nos adentró en el debate de la jornada continua o partida. En mi opinión, la tarde nunca debería de estar cubierta por un periodo lectivo obligatorio, aunque sí por actividades extraescolares opcionales y gratuitas. Considero que la franja de la tarde se debería plantear de forma particularizada en cada contexto concreto en el que se ubique una escuela dada, buscando el  efecto compensador de la escuela y con carácter opcional.  El problema es que no todos los alumnos cuentan con los mismos recursos fuera de ella, con lo cual, al hacerles depender en mayor medida de sí mismos por la tarde, la escuela abandonaría en parte su papel igualador. Pero en sentido contrario, no deberíamos olvidar a los alumnos que probablemente se vieran perjudicados por tener que acudir obligatoriamente por las tardes a la escuela disponiendo de menos tiempo libre para llevar a cabo otras formas de educación.

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