domingo, 18 de enero de 2015

UNA VOCACIÓN DE ETERNA DISCENTE

Mihály Csíkszentmihályi definió en 1975 en su libro “FLOW”, la verdadera clave de la felicidad, el “flujo”, entendido como un estado mental operativo en el cual una persona está completamente inmersa en la actividad que ejecuta, siendo capaz de enfocar toda su energía e implicación total con la tarea garantizando el éxito en la ejecución de la misma. Esta sensación se experimenta mientras la actividad está en curso. 
Aunque todavía no tengo muy claro qué voy a ser de mayor, sin la menor duda, es cuando aprendo, cuando descubro nuevos puntos de vista, cuando me enfrento a mentes prodigiosas que inducen en mí cambios de paradigma, es cuando siento ese FLOW. Esta adición al flow, esta eterna vocación de discente, me ha hecho recorrer los caminos formativos más diversos y dispares convirtiéndome en una auténtica adicta formativa.
En verano una amiga me comentó que se había inscrito en un Máster en la UNED así que pensé, porqué no, podría hacer un Máster, pero cuando accedí a la página de esta Universidad a distancia, para mi fortuna posterior, ya había concluido el plazo de inscripción. Un par de semanas después navegando por la página de la UMA encontré el Máster en Políticas y Prácticas de Innovación Educativa y una de las asignaturas la daba Ángel I. Pérez Gómez, de quien realmente sabía muy poco salvo que era uno de mis amigos de facebook. ¿Cómo alguien como Ángel I. Pérez Gómez llegó a ser amigo mío en facebook? tiempo atrás un día empecé a leer artículos y comentarios suyos que a menudo compartía mi amiga Laura Pedrajas, me parecieron tan interesantes sus reflexiones que lo agregué como amigo y él aceptó mi petición de amistad. Un antiguo compañero de trabajo al que admiro profundamente, había hecho el mismo Máster y a menudo me hablaba de Ángel y de cómo entendía la educación, así que parecía que ya le conocía de siempre a pesar de no ser así. Como último argumento tenía que dado que desde hacía unos meses trabajaba en un centro de enseñanza del profesorado, esta formación me ayudaría conocer y entender las nuevas tendencias en innovación educativa, además de ampliar mis conocimientos sobre educación. Estaba clara la inevitabilidad de inscribirme.
Mi formación en materia educativa es bastante pobre, soy Licenciada en Ciencias Ambientales y cuando acabé la carrera y durante 6 años trabajé en un Consulting de Ingeniería, interviniendo en el diseño de proyectos autovías y ferrocarriles, concretamente me dedicaba a hacer los estudios de impacto ambiental y al posterior desarrollo de las Declaraciones de Impacto Ambiental en los proyectos constructivos mediante la redacción de la restauración paisajística de las infraestructuras viarias, el diseño de medidas  para reducir el impacto sonoro, el impacto a la fauna, la restitución de vías pecuarias, etc. Cuando llevaba 5 años como mercenaria del medioambiente, al igual que Lino el personaje de Absolución de Luís Landero, decidí cambiar de profesión, así que preparé oposiciones a Profesora de Secundaria, lo singular de todo, fue la especialidad que elegí “Educación Física”, después de 8 meses estudiando y haciendo carreteras, lo conseguí. A continuación vendrían dos años de profesora de educación física, un año como profesora de educación compensatoria, cuatro años de Secretaria en un Equipo Directivo e impartiendo el Ámbito Científico –Técnico en un PCPI, un trimestre en un IES de compensatoria y 6 meses en un CEP. Con esta experiencia fue como llegué al Máster. 
El primer día estaba muy emocionada, sobre todo, por la idea de volver a la Universidad. En la presentación del Máster, por fin, pude conocer a Ángel en persona, y no es que en tan sólo unos minutos me decepcionara, sino que aumentó mi expectación sobre lo que con él podría aprender, tan segura estaba de ello, que le pedí que me dirigiese el TFM ese primer día.
En las sucesivas entradas trataré de plasmar a modo de reflexión personal, todo el cambio de paradigma al que desafía a sus educandos a través de los seminarios heurísticos de su asignatura y a través de su libro "Educarse en la era digital". La sociedad de la información y del conocimiento en la que nos hallamos inmersos demanda modelos de aprendizaje de orden superior que nos permitan vivir en una sociedad cada vez más heterogénea, cambiante y compleja. 

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